viernes, septiembre 08, 2006

UN CUENTO DE HADAS


Erase una vez, en el mundo de los prejuicios, una pequeña Academia de Ballet perteneciante al fisco, que funcionaba en un también pequeño país del tercer mundo, en una de sus principales ciudades.
La directora de la academia estaba muy triste pues aunque el plantel en realidad era mixto, solo se inscribian niñas y muchachas. Ellas estudiaban mucho y desarrollaban sus habilidades hasta el punto en que estaban listas para interpretar lo más difícil que puede hacer una ballerina: bailar un "pas de deux"...pero para hacerlo necesitaban de la precencia de un bailarin. Y allí es donde muchas se frustraban pensando que de nada habían valido tantos esfuerzos. ¿Para qué tanto estudio si nunca iban a poder bailar un "pas de deux"?
Cierto día, se presentó en la puerta de la institución un grupo de cinco gallardos jovenes. Querían hablar con la rectora, deseaban matricularse. Cuando ella lo supo, no lo podía creer. Ordenó inmediatamente al conserje que abriera las puertas de la institución y los dejara entrar. A pesar de que ya todos habían pasado de los 18 años y la edad oficial para empezar los estudios era de máximo 9, los aceptó y se dispuso a ser su profesora. Despues de las primeras clases se hizo evidente la vocación que ellos tenían para la danza. A pesar de todas las dificultades físicas que debían vencer, no desmayaban y seguian avanzando. Solo unos meses despues ya estuvieron en condiciones de bailar cosas sencillas con sus compañeras.
Dos de estos gallardos jóvenes eran gays, los restantes tres, heterosexuales y todos se llevaban muy bien con las chicas, en especial los tres que gustaban de ellas, que protagonizaron algunos romances. Eran todos gente joven, sana de cuerpo y alma y dedicada al arte.
Despues de dos años de estudio ya los muchachos estaban listos para arriesgarse a interpretar en público "Lago de los cisnes". El día de la presentacion la atmosfera del teatro bullía: ir y venir de padres de familia buscando puesto en la sala...las profesoras e inspectoras controlando el ingreso, recogiendo las entradas... y en los camerinos esa sensación de nerviosismo que produce la inminencia de la salida a escena.
Las madres de las muchachas y de los gays estaban presentes dandoles ánimos y ayudandoles a acomodarse los trajes. Los tres heterosexuales habían llegado solos. La maestra les dijo:"muchachos, si quieren pueden decirle a sus mamás que entren al camerino a ayudarlos, pues sí está permitido", a lo que ellos respondieron que sus mamás no estaban allí. "¿Como así?" preguntó la maestra. "Señorita, es que en nuestras casas no saben que estudiamos Ballet ". "Yo digo que tengo clases de Karate". "Yo, en cambio, que voy a un gimnasio". "Mi pretexto es que tengo una clase extra en la Universidad". La maestra estaba asombrada. "Pero. ¿por que no dicen la verdad?". "¡¡No!!". "¡Imposible!". " ¿Que dirían mis amigos del barrio con los que juego futbol todos los Domingos y con los que fuy a la mili?" "Mire señorita, si nosotros hemos esperado a ser mayores de 18 para entrar a la academia es justamente para poder representarnos nosotros mismos y que nuestras familias no sepan nada pues estamos conscientes de que no les gustaría." La profesora no dijo más. Ya se hacía corto el tiempo; todos terminaron de alistarse, se desearon la mejor de las suertes y salieron a escena. Minutos depues, una ola de aplausos recompensaba a los jovenes por todos esos meses de esfuerzo. A la salida, las felicitaciones, los parabienes, los abrazos entre amigos, las madres de familia emocionadas, orgullosas de sus hijos e hijas. Los tres muchachos heteró recogían sus cosas para marcharse. La maestra se acercó y los abrazó. "lo han hecho muy bien, estoy orgullosa de Uds. Ahora que hemos llegado a este punto voy a organizar una pequeña compañia de danza en la Academia y quiero que Uds. sean parte de ella. Por favor, no se dejen desanimar si es que hay personas que no los comprenden. Los espero este Lunes en clase".
Ese mismo lunes estaban todos allí. La maestra les explicó que era hora de atreverse a más. Para la próxima función interpretarían un ballet más difícil: "El Quijote". De inmediato retomaron los ensayos...y bailaron felices para siempre.

PD: Esta historia, al igual que muchas películas de Hollywood, esta basada en un hecho real.

9 comentarios:

Orteguita dijo...

Vaya que me he leido toda la historia en espera de la moraleja que nunca apareció, entonces cual es la moraleja?

So dijo...

Yo también la lei esperando un final trágico en q todo se ponche... pero bueno, no puedo ser tan pesimista siempre.
Buen fin de semana.

Cicutarsenica dijo...

So: no puede tener un final trágico¡es un cuento de hadas!
Ortega: Lo he dejado así para que cada quien ponga la moraleja que prefiera.

Anónimo dijo...

Yo quisiera saber que pasó cuando sus amigos y familia se enteraron de que les gustaba el ballet... si es que se enteraron.

Qué triste que exista la discriminación así, creo que se debe luchar en contra de la discriminación en todos los sentidos.

PD: Hay cuentos de hadas bastante tristes. Busca, por ejemplo, el original de La Sirenita, para que veas. (Pero el original y más viejo que puedas encontrar).

Cicutarsenica dijo...

Fargok: en realidad no sé que más pasó. Fuy testigo de este hecho poco antes de salir del país, en la última institución educativa en la que trabajé. Espero que los chicos hayan seguido porque la verdad es que lo hacían muy bien.
Phyton: Yo también pienso lo mismo. Los chicos gays no tenian problema alguno, pues estaban fuera del closet. Sus familias sabian tanto de su preferencia sexual como de sus estudios de danza. Los problematizados eran los heterosexuales. Tan fuerte y absurda es la homofóbia que ellos, sin siquiera ser gays, sufrían sus consecuencias. Siempre me pareció injusto y tonto que tuvieran que estudiar a escondidas, como si estuvieran haciendo algo malo, y que no pudieran compartirlo con los suyos.

Vico dijo...

Trabajé dos años en la Escuela Nacional de Danza de mi país, (no..yo de danza no sé nada!) y pude ver el tema de la discriminación con los chicos que no eran gay. Me recuerda a la movie Billy Elliot.
http://www.billyelliot.com/

Me gusta tu estilo de escribir.Las palabras fluyen y hace que uno siga la historia esperando más. El final es acorde, no esperaba tragedia pues el título ya lo había marcado. También existen los finales felices más allá de Hollywood. Bueh...eso dicen.

Muy lindo tu relato.Saludos!

Hiscariotte dijo...

A mí no me gusta la danza; no por prejuicios, sino por mera cuestión de gustos. Una vez justamente me invitaron a ver la proyección (en video) del Lago de los Cisnes representado por un grupo de ballet medio famoso, y no, no mismo. Claro, se sacan la madre y hay armonía en los movimientos y toda esa nota, pero simplemente no me llega.

Ahora que estoy totalmente de acuerdo: los heterosexuales también sufrimos de esas trabas, pero ya es cuestión de cada quien hacerles frente como les plazca; lo más fácil es adaptarse a la mayoría, pero no siempre nos satisface lo más fácil.

También me acordé de Billy Elliot; gran película en realidad.

Un abrazo.

Paolita dijo...

q historia...estalo q mas me gusto fue la imagen me recuerda cuando me obligaban a ir al ballet

MARIA DEL NORTE dijo...

Bueno, es un cuento de hadas porque tuvo "happy end".
Todos contentos y felices, con nuevos proyectos por delante.
Pero que impotencia, y tristeza que haya aún haya amigos, padres que no apoyen a sus hijos en lo que a ellos les gusta porque "eso es cosa de mujeres".